Cuarentena

25.05.2020

Durante este periodo tan anormal he leído muchos libros y visto muchas películas, he hecho repostería y manualidades de diversa índole, incluso he mejorado mi nivel de Euskera e Inglés... 

De todo ello voy a destacar aquí mi viaje en el tiempo hacia finales del siglo XIX y principios del XX, gracias a algunas películas y libros como por ejemplo:

Francis Scott Key Fitzgerald 

(Saint Paul, 1896 - Hollywood, 1940) 

Narrador estadounidense, considerado el máximo interprete literario de la llamada "era del jazz" de los años veinte de su país y miembro de la denominada Generación Perdida. Creció en una familia católica irlandesa, estudió en la Universidad de Princentown, sin llegar a graduarse, y luego se alistó en el ejército para participar en la Primera Guerra Mundial. Fue ascendido a subteniente de infantería y asignado al campamento Sheridan, a las afueras de Montgomery, Alabama, no teniendo oportunidad de entrar en combate.

Mientras estaba en Princeton y durante una visita a su hogar en St. Paul, Fitzgerald conoció a Ginevra King, una joven de la alta sociedad de Chicago. Obsesionado con ella, según Mizner, Fitzgerald «siguió consagrado a Ginevra mientras ella se lo permitió», y le escribió: «las incoherentes y expresivas cartas diarias que todos los jóvenes enamorados escriben». Ella se convertiría en su inspiración para el personaje de Isabelle Borgé, el primer amor de Amory Blaine en This Side of Paradise, para Daisy en The Great Gatsby, y para otros múltiples personajes de sus novelas e historias cortas. 

Con su novela inicial, A este lado del paraíso (1920), obtuvo gran popularidad, lo que le permitió ir publicando sus cuentos en revistas de prestigio como The Saturday Evening PostCollier's Weekly y Esquire, y convertirse en una de las figuras más representativas del "sueño americano" de la década de 1920. 

Mientras redactaba su obra maestra El gran Gatsby, escribió una serie de historias donde ensayaba la relación entre un hombre hecho a sí mismo y una mujer frívola y rica, preferentemente rubia. Algunos fueron incorporados a la novela, otros sirvieron exclusivamente para construir esa atmósfera a ritmo de jazz, dominada por el alcohol y el lujo, que constituye el entorno de Gatsby. Tres de esos relatos Sueños de invierno (1922), Dados, puño americano y guitarra (1923) y Lo más sensato (1924) han sido seleccionados para componer el libro Tres historias en torno a Gatsby. En ellas subyace el azaroso romance que Scott Fitzgerald mantuvo en vida con su mujer. En estas tres joyas se advierte claramente la herencia literaria de Mark Twain y se abre el camino a otros autores como Carson McCullers o Tennesse Williams. Son el retrato de una generación que triunfó en la Primera Guerra Mundial y se hundió en el Crack del 29. 

Por ejemplo, Sueños de invierno (1922) es un reflejo de la época del jazz y los locos años veinte, una denuncia del sueño americano. Retrata el ascenso social del joven Dexter Green y su deseo por la hermosa Judy Jones. Fitzgerald publicó este cuento en la revista Metropolitan y el propio autor lo describió como el primer borrador de "El gran Gatsby", su obra maestra. Es un experimento logrado: las diferencias sociales, el valor del dinero, la búsqueda de la belleza y la quiebra de los ideales son los temas centrales de esta historia de amor y ambición, dramática y tierna, sarcástica y delicada, que Fitzgerald construyó con una prosa preciosista, que destila emoción, llena de sugerentes imágenes, pero también fresca, liviana, cínica y desencanta. 

La Francia de los años veinte, a donde se trasladó junto con su mujer, Zelda Sayre,  fue el momento más influyente en el desarrollo de Fitzgerald; viajó por lo general a París y la Riviera Francesa, y se hizo amigo de muchos miembros de la comunidad de estadounidenses expatriados en París, en especial de Ernest Hemingway.

Su segunda novela Hermosos y malditos (1922) narra la historia de Anthony Junior, que pretende no hacer nada para vivir más que esperar la muerte de su multimillonario abuelo, Adam Patch (un viejo filántropo conservador, seguidor de la moral tradicional); que encuentra a su mujer Gloria (una chica muy hermosa, caprichosa, egoísta, sentimental y sin escrúpulos). Se casan y después derrochan su dinero en gastos banales, especialmente en organizar fiestas para sus amigos, todos ellos aristócratas americanos que viven de las rentas familiares. En una ocasión, Anthony y Gloria hacen una fiesta de varios días cuando por sorpresa los visita el abuelo de Anthony, momento en el que quedan desheredados y comienza una nueva vida  en la que tienen problemas de alcoholismo y van decayendo poco a poco en su situación social, marital y personal.

Su mujer fue un personaje fundamental para Fitzgerarld, tanto en la felicidad como en la desdicha, ya que fue su inspiración y compañía en el decenio de gloria que les tocó vivir, y el centro de sus preocupaciones a partir de 1930, cuando él se hundió en el alcohol y ella en la demencia (murió en el incendio de la clínica donde estaba recluida, en 1948), y ambos debieron afrontar las consecuencias del fracaso y la miseria.

En Francia acabó de escribir la que se considera su obra maestra, El gran Gastby (1925), la historia del éxito y posterior decadencia de un traficante de alcohol durante la ley seca, que se fabrica una identidad aristocrática y a partir de allí vive como un fantasma en una mansión, consagrando todas sus fuerzas y dinero a conseguir a la mujer que ama. Fitzgerald describió en sus páginas un arquetipo que estaba surgiendo por entonces en Estados Unidos: el individuo de clase baja y de escasa moral que utiliza cualquier medio a su alcance para triunfar. No obstante, y pese a su catadura, el personaje está nimbado por una aureola romántica, como sucede a menudo con los protagonistas del autor e incluso con su estilo literario, pues su prosa es a la vez realista y directa pero no renuncia a las sutilezas de una construcción elegante.

Escribió también múltiples historias cortas, muchas de las cuales tratan sobre la juventud y las promesas, la edad y la desesperación. Algunos de sus cuentos están considerados antológicos dentro de la literatura en lengua inglesa: ciertos relatos pueden ser clasificados en el género del horror, a lo Edgar Allan Poe, y en otros descarga su sarcástica eficacia contra la clase de los poderosos. Destacan El curioso caso de Benjamin Button, Un diamante más grande que el Ritz, Primero de Mayo, La última belleza sureña,... recopilados en varios libros como Canciones de la era del jazz o en Cuentos rebeldes.

Aunque la pasión de Fitzgerald era escribir novelas, sólo su primera novela se vendió lo suficiente para mantener el lujoso estilo de vida qué él y Zelda adoptaron como celebridades de Nueva York. Debido a ello y a las facturas de la atención médica de Zelda la cual padecía esquizofrenia, Fitzgerald tenía constantes problemas económicos y a menudo requería préstamos de su agente literario, Harold Ober, y de su editor de Scribner, Maxwell Perkins. 

En 1926, el productor John W. Constantine invitó a Fitzgerald a alojarse temporalmente en Hollywood a fin de escribir una comedia moderna para United Artists. La pareja se mudó a un chalé de propiedad del estudio en enero del siguiente año, y Fitzgerald pronto conoció a Lois Moran, de la cual se enamoró. La joven estrella se convirtió en una musa temporal para el autor, que reescribió el personaje de Rosemary Hoyt (uno de los personajes principales de Suave es la noche, que había sido un hombre en borradores anteriores) para que fuera su fiel reflejo. 

Veintitrés años antes de que J. D. Salinger publicara "El guardían entre el centeno", Fitzgerald se adelantó a ese libro narrarrando las aventuras de otro adolescente, Basil Duke Lee. Comienzan cuando el protagonista tiene once años y acaban cuando ya ha cumplido los diecisiete y estudia en la Universidad de Yale. Ocho de los nueve capítulos que componen la novela aparecieron por entregas entre la primavera de 1928 y la de 1929 en The Saturday Evening Post, mientras su autor escribía uno de sus grandes títulos, Suave es la noche. La adolescencia de Basil Duke Lee contiene muchos elementos autobiográficos de Scott Fitzgerald: su pasión por las mujeres, su obsesión por agradar a todo el mundo y sus enormes esfuerzos para triunfar en sociedad y escalar un puesto por encima del de sus padres. Aunque lo más importante es la maestría para meterse en la piel de un chico sensible e inteligente que se enfrenta a un mundo a punto de desmoronarse por la crisis del Crack del 29. 

En febrero de 1932, hospitalizaron a Zelda en la Clínica Phipps del Johns Hopkins de Baltimore, Maryland. Durante este tiempo, Fitzgerald alquiló la finca "La Paix" en el suburbio de Towson, Maryland, para trabajar en su libro más reciente, la historia del auge y la caída de Dick Diver, un joven psiquiatra prometedor que se enamora de Nicole Warren, una de sus pacientes, y se casa con ella. Algunos criticos creen que se trata de una novela autobiográfica apenas velada, en la que Fitzgerald relataba los problemas con su esposa, los corrosivos efectos de la fortuna y el decadente estilo de vida, su propio egoísmo, confianza en sí mismo, y su alcoholismo. La novela se publicó finalmente con el título de Suave es la noche (1934), la que él consideraba la culminación de su obra.

Aunque Fitzgerald supuestamente consideraba degradante el trabajo en el cine, sus problemas económicos lo llevaron a firmar un lucrativo acuerdo exclusivo con Metro-Goldwyn-Mayer en 1937, por lo que se mudó a Hollywood, donde pasó a ganar su máximo salario anual hasta entonces: $29.757,87.32​ Inició también una aventura con la columnista de películas Sheilah Graham, que era del dominio público. 

Durante este periodo se dedicó también a trabajar en su quinta y última novela, El Último Magnate,  basada en el productor cinematográfico Irving Thalberg y donde cuenta los aspectos más miserables del mundillo de Hollywood, que tan bien conocía, ya que en los años de ruina que precedieron a su muerte trabajó como guionista anónimo para la industria del cine.  

En 1939 finalizó el contrato con MGM, y Fitzgerald pasó a trabajar como guionista independiente.​ Mientras trabajaba en la película Winter carnival, su alcoholismo empeoró gravemente y fue tratado por el psiquiatra de Nueva York Richard H. Hoffmann.

De 1939 hasta su muerte de un infarto de miocardio en 1940, Fitzgerald se burló de sí mismo como «escritorzuelo de Hollywood» a través del personaje de Pat Hobby en una secuencia de 17 historias cortas recolectadas más tarde como The Pat Hobby Stories, que obtuvo muy buenas críticas. Las historias de Pat Hobby se publicaron originalmente en Esquire entre enero de 1940 y julio de 1941, después de la muerte de Fitzgerald. 

Mi ciudad perdida es una recopilación de ensayos autobiográficos que muestran una dimensión mucho más personal del autor: la desconfianza en el sistema familiar estadounidense, su relación de amor-odio con el dinero, el impacto de las prohibiciones en la juventud, la conciencia de pertenecer a una nueva generación de escritores, la sensación de fracaso al asistir a un espectáculo cuyo final dejó muy pronto de estar al alcance de la mano del escritor.

El útimo magnate (1941) fue publicada póstumamente e inconclusa.

Su libro igualmente póstumo y testimonial El jactancioso (publicado en 1945 por Edmund Wilson) es la crónica escalofriante y hermosamente desdichada de su desintegración como hombre y escritor, donde hace una revisión de sí mismo y de las causas abismales que provocaron su caída. La primera frase de este relato-ensayo es tan clara que vale por un manifiesto: "Toda vida es un proceso de demolición".


Extracto de "El último magnate" donde Fitzgerald expone su opinión sobre los escritores que escriben para los guiones de las películas que se hacen en Hollywood en ese momento, entre los que se encuentra:


Entre otras muchas. Todo ello me ha servido de inspiración para realizar algunas acuarelas y diseñar esta web:

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